[IIIº medio - Ensayo]


EQUIDAD DE GÉNERO: MÁS QUE UN DERECHO

La equidad de género está directamente vinculada al respeto, la Justicia y a la imparcialidad, igualdad de deberes y derechos de hombres y mujeres en una búsqueda del equilibrio, en el que ninguno de los sexos se beneficie más que el otro por prejuicios. Este concepto es importante para el correcto desarrollo de la humanidad, en todos los ámbitos de la vida, social, política, cultural y económica debe haber una evolución. Esto se debe a que desde el comienzo de la historia la mujer no contaba con el derecho a ser escuchada, ni a dar su opinión o ser parte de la sociedad, pero en el transcurso de la historia la mujer ha logrado poco a poco avances en los diferentes ámbitos alcanzando una menor desigualdad de género, aunque todavía existe, una gran brecha. Por lo que aún la mujer no alcanza la equidad de género.

En el comienzo de la historia la mujer era humillada y envilecida por su sexo. Y pese a esto luchó incansablemente por conseguir la igualdad, pero aún le queda un largo camino por recorrer para terminar con esto y alcanzar la equidad entre mujeres y hombres. Desde el comienzo de la historia se ha dicho que la mujer no necesitaba estudiar y obtener la misma educación que el hombre, sino que solo necesitaba una mediana instrucción ,es decir, lo justo y necesario para desempeñar el rol definido por los hombres en el hogar y sociedad, como por ejemplo bordar, tejer, cocinar, es decir, gobernar en el hogar. Esto ha sufrido un cambio en el transcurso del tiempo, tanto por que hoy la mujer tiene el mismo derecho a la educación que el sexo masculino, como porque el rol de la mujer en el trabajo fuera de la casa a evolucionado y lo más importante es que las mujeres se han empoderado con gran convicción de que ellas pueden y deben tener la posibilidad de desarrollarse en esta área. La mujer puede acceder tanto a colegios como universidades al igual que los hombres, el dilema está en que la valoración que damos a esta formación y sus capacidades. Una mujer y un hombre con la misma educación, la misma carrera y en igual puesto de trabajo, no tienen un mismo sueldo, y la mujer tendrá una menor remuneración sólo por el hecho de ser mujer. Tal como menciona Mistral: “Si en la vida social [la mujer] ocupa un puesto que le corresponde, no es lo mismo en la intelectual, aunque muchos se empeñen en asegurar que ya ha obtenido bastante, su figura en ella, si no es nula, es sí demasiado pálida". (Godoy Alcayaga, Lucila, 1906). Debemos entender que la mujer ha logrado bastante en el transcurso del tiempo en cuanto a su educación, pero en lo práctico la sociedad debe evolucionar hasta transparentar los procesos de accesos laborales y sus condiciones, tanto para hombres y mujeres , en busca de la justa equidad de género.

Desde el comienzo de la historia la mujer no tenía validez en la esfera política por lo que se podía observar una clara exclusión de la mujer en el discurso público. Desde el inicio, el discurso público y la oratoria han sido actividades exclusivas para el género masculino ya que el hombre con su voz grave, su rostro ajado y arrugado representaba madurez, sabiduría y valentía y por el contrario la mujer con su voz aguda y sus aspectos físicos femeninos era considerada como cobarde, débil y de nula autoridad. Esta “mudez” llegó hasta tal punto que en la antigüedad esta no tenía derecho a voto, es decir, ésta no gozaban de una libertad de opinión . Si una mujer lograba ser escuchada y lograba defenderse era consideraba como “andrógina”, ya que se manifestaba que esta mujer tenía una autentica naturaleza masculina solo por el hecho de haber podido expresarse y haber obtenido finalmente éxito. En la actualidad, en la gran mayoría de los países, la mujer tiene el derecho a voto al igual que el hombre y puede acceder a cargos políticos sin problema y bajo un sistema de elección igualitario y por el contrario aún existen países en minoría, donde la mujer no ha logrado el derecho a voto ni el acceso a trabajos políticos es decir, no ha logrado ser escuchada públicamente.

El punto a discutir se reitera y es que aunque la mujer pueda acceder a cargos políticos existe una desconfianza de sus capacidades y compromiso. Dada también por la escasez de mujeres en esos puestos, el rol de madre que históricamente la ha hecho hacerse cargo de todo lo relacionado con hijos y casa, dado por lo anteriormente mencionado y la credibilidad, incluso dada por otras mujeres. Para que una mujer logre alcanzar un puesto en lo político tiene que luchar y trabajar mucho más duro que un hombre sólo por el hecho de ser mujer. Aún las mujeres tienen ciertas carreras designadas para ellas como también hay carreras que están históricamente asignadas más bien para el sexo masculino y a pesar de la preparación, capacidad y esfuerzo que realice una mujer en desempeñar un trabajo en un área predefinida para Hombres como por ejemplo el puesto de diputado, la mayoría de las veces obtendrá el puesto un hombre antes que una mujer y si la mujer logra acceder a este puesto, esta no tendrá la misma autoridad que un varón y no será oída como debería ser escuchada. “Es más, tal y como dice Homero, una parte integrante del desarrollo de un hombre hasta su plenitud consiste en aprender a controlar el discurso público y a silenciar a las hembras de su especie.” Podemos inferir que desde el comienzo de la humanidad, el rol de la mujer ha sido secundario y definido por el hombre, sin voz, sin participación , sin opinión. La mujer ha tenido que dar una doble lucha para conseguir sus derechos de expresión y participación pese a la desvalorización y oposición permanente del sexo masculino hacia el sexo femenino, no obstante los logros conseguidos hasta el día de hoy persiste una desigualdad. La pregunta esta ¿por que las propiedades del sexo masculino tienen que ser consideradas de autoridad y verídicas mientras que las características del sexo femenino tienen que ser consideradas como débiles y no admirables ni escuchadas?.

En definitiva se puede concluir que debemos seguir evolucionando hacia una verdadera integración de la mujer en nuestro mundo, ya que pese a que la mujer ha logrado tener un espacio válido en la sociedad, como, tener voz, derecho a voto y participación tanto en la vida pública como política, incorporación al mundo laboral, aún le quedan áreas por lograr ese ansiado y merecido espacio de participación. De hecho, quizás la arista más importante pasa por la validación real de sus habilidades y capacidades, de lo que dice, hace o promueve en las diferentes áreas de la vida, así como en el caso de los hombres esto es algo natural, no cuestionado. Esto, creo, aún constituye una forma discriminación aunque sea imperceptible, es decir, que en el ámbito de nuestras relaciones interpersonales aún se percibe una desigualdad de género.






R. M.

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