[IIIº medio - Ensayo]
SIN TÍTULO
Me parece bastante interesante cuando se
presentan situaciones en que una persona “discrimina” a otra solo por la falta
de una “supuesta habilidad” que debe tener cada uno para crear y/o expresar sus
pensamientos o sentimientos a utilizando un lápiz, ya que, así como la
música o la pintura, la literatura y su
creación también pueden ser consideradas un arte. A pesar de que no seamos
Mozart, Da Vinci o Neruda todos tenemos la posibilidad de crear y exponer
nuestro arte personal al mundo tengamos la edad que tengamos y seamos lo
hábiles que seamos, siempre y cuando tomemos nuestro lápiz y comencemos a fluir
sobre la hoja de papel blanca, plasmando en ella sentimientos puros y sanos, provenientes desde nuestro interior.
Aunque suene sencillo, de vez en cuando no
se tiene un momento de inspiración o motivo para crear o dar pinceladas de
contenido literario sobre un lienzo blanco como mencionaba anteriormente, pero
algo que es seguro, es que a cada individuo de nuestra sociedad se le ha
presentado este momento de lucidez literaria sea de niño, adulto o anciano,
creando así a muchos mini-artistas que quizás no han puesto a prueba su habilidad
como autores pero tienen lo necesario para poder expresarse. Como anteriormente
me parecía pertinente recalcar, la edad no es para nada influyente en la
habilidad que tenga una persona en cuanto a creación artística se refiere, sino
más bien cada uno expresa sus ideas según sus intereses y sentimientos, esto
sumado claro a las capacidades intelectuales e inspiración de cada uno.
A
modo de respaldar lo anterior, me parece interesante comenzar con
un análisis del porque la edad no es influyente en la habilidad creadora cuando
de textos personales se habla, comenzando con los niños. Los niños se
caracterizan por querer darse a entender y llamar la atención del mundo que los
rodea utilizando este mismo entorno sumado a su característica principal como
individuos de temprana edad: “La creatividad”. Los niños utilizan esta
creatividad para poder expresar sus ideas de una forma llamativa y efectiva
frente a cualquier tipo de público, es por esto que a pesar de no tener el don
de la escritura maestra logran una respuesta positiva por parte de un público
mayor consiguiendo el objetivo principal de su plan artístico. Por ejemplo
muchas veces habremos escuchado o nosotros mismo habremos leído una creación de
un niño y a pesar de que no tenga sentido o presente carencias en cuanto a
coherencia se refiere, hemos reaccionado de tal manera que ese pequeño niño
consigue escuchar lo que busca, por ejemplo desde afirmaciones como “que
creativo” o “muy bien” hasta “que fantástico” o “que impresionante”. Es importante
retomar que estas reacciones no surgen simplemente de que el autor de estas
cómicas o de vez en cuando imaginarias
creaciones sea un simple niño, sino más bien estas reacciones anteriormente
mencionadas surgen a raíz de la creatividad y pureza que refleja el niño en
cada nota de su partitura, en cada sombra de su creación, en cada línea de su
texto. Reflejo del toque de creatividad que hasta mayor no se pierde, podemos
recalcar el fragmento de “Pobre Alonso Quijano” de Milan Kundera donde dice: “¿Cómo
probar, por otra parte, que una bacía en la cabeza no es un yelmo?” donde
podemos identificar a una persona utilizando el recurso de imaginación a favor
de el mismo para captar la atención de la gente.
Otro aspecto o etapa de nuestra vida en la
que la escritura está muy presente en nuestro día a día es en nuestro momento
de adultez. Bajo mi punto de vista en la adultez se manifiesta un rasgo muy
interesante al momento de realizar algún texto, siendo este “La madurez”. La
madurez es un aspecto que me parece interesante destacar del tipo de escritura
que manifiestan los adultos ya que como en la niñez se buscaba llamar la
atención de un público mayor por medio de recursos creativos, en la etapa de
adultez el hombre busca enfocar sus creaciones
a un público en cierto modo de sus mismas características donde destacan
los que realizan trabajos y/o creaciones que presenten seriedad y madurez para
ser tomados en cuenta, se de esta situación en el ámbito laboral o escribiendo
como hobby con el objetivo de obtener repercusión en la sociedad. Que el adulto
manifieste como destacado el rasgo de la madurez no significa que deje de
recurrir o utilizar las técnicas pasadas, por ejemplo la antes mencionada
creatividad también está presente en la representación ideológica de los
adultos, ya que sin utilizar cierta creatividad para darle vida al arte, la
creación causaría aburrimiento y no cumpliría con el objetivo lirico de
manifestar los sentimientos de manera exitosa, logrando captar la atención de
un receptor externo. Ejemplo de esto se puede ver reflejado en el fragmento de
“En voz alta” de Alejandro Zambra cuando
dice “… convencido de que cautivaría al auditorio y hasta haciendo pausas de
vez en cuando… Estuvimos una hora y media en la sala aguardando con desesperación
el momento en que el punto seguido fuera el punto final”. Refiriéndose a un
aburrido y extenso relato sin factores capases de llamar o conseguir la
atención del receptor.
Al igual que ocurre en las otras etapas de
la vida, en la vejez, en este caso, el factor que bajo mi punto de vista se
manifiesta como importante o fundamental para buscar un efecto del arte en el
público es “La experiencia”. Este recurso sumado al efecto que proporcionan los
otros dos aspectos antes mencionados permite a la tercera edad conseguir mayor
profundidad al momento de presentar sus ideas, logrando ser influyente tanto
para jóvenes como adultos gracias a su capacidad de expresarse de manera
objetiva con respecto a experiencias pasadas que puede dar a conocer con un
respaldo propio de los sucesos a argumentar.
Tras haber analizado todas las posibles
facetas de la creación artística considerando el paso del tiempo y que en cada
etapa de la vida el ser humano va sumando recursos que pueden ir variando a lo
largo del tiempo según su necesidad o publico a alcanzar me parece pertinente
mencionar que la tesis queda respaldada y que todas las personas, sin importar
la edad y/o habilidad que posean, pueden hacer llegar sus creaciones a
distintos tipos de públicos, consiguiendo así el factor comunicativo de la literatura
mediante distintos recursos y cumplir con sus propios objetivos como autores o
creadores de arte puro sin necesidad de dedicarse a la música o a la pintura
por dar ejemplos concretos. Después de haber concluido con este trabajo, me
parece interesante recalcar a su vez lo interesante que es este tema y todas
las reflexiones que pueden surgir a través de este ejercicio, por lo tanto
invito a todo el que lea este pequeño ensayo a probar sus cualidades artísticas
y de creación de textos para poner así también en práctica su capacidad
comunicativa y sus habilidades creativas.
C. A.
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